La Profesora Fabiola Narváez, de Coordinación de Familias, nos comparte esta información:
"Si
en la pubertad, el factor decisivo era lograr una madurez física y sexual, en
los años de adolescencia media, que comprenden desde los 13 a 16 años en las
chicas y 14 a 17 en los chicos, el rasgo predominante será el de los cambios
psicológicos. El crecimiento anatómico continúa pero el ritmo de crecimiento es
menor.
Al hablar de la madurez
intelectual de estos años, su capacidad de desarrollo es bastante grande, la
capacidad del pensamiento abstracto, y de una mayor reflexión y sentido
crítico, son mucho más amplias que en la etapa anterior. Aunque se siguen dando
las contradicciones propias de la adolescencia, por ejemplo, a pesar de tener
esta capacidad intelectual, su sentido de objetividad tiende a ser limitado,
confunden lo subjetivo con lo objetivo. Esto explica esa terquedad y cerrazón
característica de estos años; características estas que están orientadas a la
afirmación de la personalidad. El pensamiento formal es el pensamiento de lo
posible, o sea se subordina lo real a lo que puede ser. Es capaz de generar
hipótesis y hacer deducciones.
Lo fundamental en estos
años decíamos, se da en el campo de lo psicológico. Esta evolución comienza en
el descubrimiento consciente del yo, se pasa del despertar del yo de la
pubertad, aun conocimiento más íntimo del propio ser, el púber se ve desde
fuera, el adolescente medio se analiza desde dentro, es una época de
introspección orientada al autoconocimiento y a la autocomprensión.
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En esta fase los estados
de inseguridad son más profundos, ya que al tener un mayor pensamiento
reflexivo volcado sobre sí mismo, pasa de sentir que es capaz de mucho y al
mismo tiempo sentirse impotente. Por esto en estas edades se dan varias
conductas contradictorias y ambivalentes, pueden pasar de actuar y pensar de
una manera muy madura a armar un berrinche como un niño pequeño.
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En el ámbito de lo social,
se ha dicho que se amplía el círculo de referencia de los padres a los amigos,
pero este nacimiento de la amistad que en la pubertad es grupal, en la
adolescencia media pasa a ser personal. Se llega a tener una amistad íntima,
con una persona específica y esto por ser esta persona quien es, entran en
juego los valores compartidos. “Si durante la pubertad se buscaba en el ‘tú’ el
propio ‘yo’, en la adolescencia se descubre el ‘tu’ como una realidad objetiva,
independiente” .En esta edad donde se afianza el descubrimiento del yo, con la
amistad se pasa posteriormente al descubrimiento del otro.
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Aunque en la adolescencia
media, lo principal es esa amistad personal, aún existen los grupos de amigos,
solo que tienden a ampliarse hacia personas del sexo opuesto y en estos grupos
la intercomunicación es más profunda y personalizada.
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Al inicio de la
adolescencia media, surgen también los llamados amores platónicos, amores
idealizados y por lo general imposibles que ocurren solo en la imaginación,
pero esta fase es importante porque dará pie a un amor más real en el
futuro. Es importante recalcar que en la
evolución del amor el proceso de las chicas es diferente del de los varones,
ellas por lo general destacan el aspecto afectivo al instinto o deseo sexual,
en los chicos, esto es diferente, y no necesitan por ejemplo sentir afecto por
una chica para buscar tener una experiencia sexual.
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Esta es la edad de los
sentimientos, que pueden influir en el adolescente de manera positiva o
negativa. Como se ha profundizado en su intimidad, la afectividad se ve
enriquecida. Pero esta afectividad no es expuesta sin más el adolescente medio
expone menos sus afectos y sentimientos, no se abre fácilmente, lo hace solo
con sus amigos íntimos o con quien sienta mayor confianza. Estos sentimientos
el adolescente los encausa por lo tanto en la amistad y el amor.
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El razonamiento formal
propio de la evolución cognitiva de la que ya se habló, da paso a la capacidad
del razonamiento moral, dando paso a una moral autónoma. Ya no viene como una
norma impuesta desde fuera sino como un valor interior. La motivación por tanto
para cumplir los preceptos morales ya no están en el exterior sino en sí
mismos, los valores logran integrarse en lo que cada uno espera ser. Ahora esto
es lo que los chicos sienten y desean pero estos valores hay que aplicarlos en
el mundo exterior y esto es difícil, a veces se dejan llevar por la pereza por
ejemplo y por las contradicciones propias de la edad que se esbozaron ya de
manera breve.
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Con esta vuelta a los
valores es importante reforzar los valores que se debieron ya trabajar hasta
los once años, que es, como vimos, la edad más propicia para arraigar las
virtudes o valores, en esta etapa si se desarrollaron bien, asumirán esos
valores como propios y los vivirán con entusiasmo. Si no fue el caso pues
tomará más tiempo y trabajo para que los adolescentes vayan descubriendo los
valores y haciéndolos suyos, en esta edad si se pone empeño en ello será
siempre posible.
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Hay que recordar que los
modelos de referencia han dejado de ser los padres, en este momento los modelos
están fuera, pueden ser sus amigos, sus maestros, pero también los actores de
cine o algún deportista, es por esto importante intentar que los jóvenes tengan
buenos modelos a seguir y en este punto el acompañamiento y la guía de los
profesores puede ser de mucho peso.
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El proponer actividades
donde puedan desarrollar esos valores como por ejemplo el voluntariado y la
participación en los proyectos de Acción Social, son muy válidos y efectivos en
esta fase de la adolescencia, ya que es una época de ideales, en esta edad se
lucha por la justicia, por el amor, por la verdad, aunque son ideales aún en
abstracto, es importante responder a ellos de manera positiva.
BIBLIOGRAFÍA
·
CASTILLO, Gerardo. (2010). El adolescente y sus retos. .
Madrid : Ediciones Pirámide."
