jueves, 2 de junio de 2016

Amigos del colegio



Este es un día especial, más allá del profundo significado que tiene dejar las aulas de este querido Gonzaga, está el hecho que, durante todos estos años, hemos visto crecer a nuestros hijos.

Curiosamente, cuando pasa el tiempo, caemos en cuenta que únicamente nuestros amigos que cultivamos en el colegio son los que perduran a lo largo de la vida. 

Podrán existir conocidos, en nuestra vida profesional, pero no verdaderos amigos, y esto sucede porque nuestros amigos y amigas del colegio nos han visto crecer, saben nuestras angustias y debilidades, pero también nuestras sensibilidades y fortalezas. 



Porque la amistad es la base para crear lazos que son perdurables. Esos lazos, esas eternas redes que se establecen, son –en definitiva- las que cuentan en la vida. Porque donde está un amigo no falta nada. Ya nos decía San Pablo que una buena amistad es más fuerte que la muerte y que lo que procura el amigo es hacer a su amigo todo el bien, y eso es una bendición de Dios.


Por eso, quisiera compartir un texto en torno a la amistad del poeta Khalil Gibrán:

“Vuestro amigo, es la respuesta a vuestras necesidades.
Es vuestro campo, que sembráis con amor,
y cosecháis con gratitud.
Y es vuestra mesa,
y el fuego de vuestro hogar.
Porque acudís a él para saciar vuestra hambre.
y lo buscáis en procura de paz.

Cuando vuestro amigo revela sus pensamientos,
no teméis el " no " en vuestra propia mente,
ni retenéis el " sí ".
Y cuando el guarda silencio,
vuestro corazón no cesa de escuchar a su corazón.

Porque en la Amistad,
todos los pensamientos,
todos los deseos,
todas las expectativas,
nacen sin palabras,
y son compartidas con callado gozo.

Cuando os separáis de vuestro amigo,
lo hacéis sin aflixión.
Porque lo que más amáis en él,
puede ser más diáfano aún en su ausencia,
como para el alpinista la montaña aparece más despejada desde la llanura.

Y dejad que en la Amistad
no exista otro propósito
que el de profundizar el espíritu.
Porque el amor que busca otra cosa,
que no sea la revelación de su propio misterio,
no es amor, sino una red tendida,
y solamente lo inútil es pecado.

Y procurad que lo mejor de vosotros,
sea para vuestro amigo.
Si debe conocer vuestra bajamar,
dejadlo conocer también vuestra pleamar.
Porque ¿qué amigo es aquél
que tuvierais que buscar para matar las horas?
Buscadlo con horas para vivir.
Porque es misión suya
llenar vuestras necesidades,
pero no vuestra vaciedad.

Y, que en la dulzura de la amistad
haya lugar para la risa, y,
para los placeres compartidos.
Porque en el rocío de las pequeñas cosas,
el corazón encuentra su mañana,
y, toma su frescura.”


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