Por muchos años trabaje en el área de cuidados paliativos. Mis pacientes
eran aquellos que eran enviados a casa para morir allí. Compartimos algunos
momentos increíblemente especiales. Yo estuve con ellos los últimos tres
a doce semanas de sus vidas. La gente crece un montón cuando se enfrentan con
su propia mortalidad. Yo aprendí a no subestimar jamás la capacidad de
crecimiento de los demás. Algunos cambios eran fenomenales. Cada uno de ellos
experimentaban negación, temor, enojo, remordimientos, mas negación y
finalmente aceptación. Sin embargo todos los pacientes encontraban su paz antes
de partir ¡todos! Cuando se les preguntaba si tenían algún remordimiento
o si hubieran hecho algo de manera diferente, surgían los mismos temas una y
otra vez. Aquí están los cinco remordimientos más comunes.
1. Desearía haber tenido el coraje de
vivir una vida verdadera conmigo mismo, no la vida que otros esperaban que yo
viviera.
Este era el más común de los remordimientos. Cuando la gente comprende
que su vida está terminando y miran atrás con claridad, es fácil ver cuántos
sueños no han sido cumplidos. La mayor parte de la gente no había honrado ni
siquiera la mitad de sus sueños y tenía que morir sabiendo que ello se había
debido a las elecciones que ellos hicieron y a las que no tomaron. Es muy
importante intentar y honrar al menos algunos de los sueños que surgen en el
camino. Desde el momento en que pierdes tu salud, ya es demasiado tarde.
La salud trae una libertad que pocos comprenden hasta que ya no la tienen.
2. Desearía
no haber trabajado tanto.
Esto lo dicen todos los pacientes masculinos que cuide. Se
perdieron la juventud de sus hijos y la compañía de sus parejas. Las mujeres
también tienen este remordimiento. Pero como la mayoría pertenecía a la
generación más vieja, muchas de las pacientes no habían sido proveedoras del
pan en sus hogares. Todos los hombres que cuide lamentaban haber pasado tanto
de sus vidas ganándose la vida. Si hubieran simplificado su estilo de vida y
hubieran hecho elecciones conscientes en la vida, podría haber sido posible no
necesitar tanto ingreso como lo creían necesario. Y al crear más espacio en sus
vidas, hubieran sido más felices y hubieran estado más abiertos a nuevas
oportunidades, que hubieran sido mejores para su nuevo estilo de vida.
3. Desearía
haber tenido el coraje de expresar mis sentimientos
Muchas personas reprimieron sus sentimientos para mantener la paz con
otros. Muchas enfermedades surgieron como resultado de su amargura y resentimiento.
Como resultado, llevaron una existencia mediocre y nunca se convirtieron en
aquello que eran verdaderamente capaces de ser. No podemos controlar las
reacciones de los otros. Sin embargo, aunque la gente puede inicialmente
reaccionar cuando tu cambias la forma en que te comportas, si hablas
honestamente, al final eso eleva la relación a un nivel totalmente nuevo y más
saludable. Ya sea que ocurra eso o que abandones una relación insalubre de tu
vida, en cualquiera de los dos casos tu ganas.
4. Desearía
haber estado más en contacto con mis amigos
A menudo ellos no habían comprendido verdaderamente todos los beneficios
que proporcionan los viejos amigos hasta que están en sus últimas semanas de
vida y ya no era posible dar marcha atrás. Muchos se habían recortado tanto en
sus propias vidas que habían dejado de lado el oro de los viejos amigos. Habían
muchos remordimientos muy profundos sobre no haber dado a los viejos amigos el
tiempo y esfuerzo que ellos merecían. Cuando estaban muriendo todos extrañaban
a sus amigos.
Es muy común en todos los que llevan un estilo de vida muy ocupado, ir
dejando de lado a los amigos. Pero cuando te enfrentas a una muerte que se te
acerca, los detalles de la vida física se van desvaneciendo. La gente desea
tener sus asuntos financieros en orden si es posible. Pero no es el dinero o el
status lo que tiene verdadera importancia para ellos. Ellos desean tener
las cosas en orden mas por beneficio de los que aman. Pero generalmente ellos
están demasiado enfermos y preocupados como para poder ocuparse de estas
tareas. Al final todo se resumen en el amor y las relaciones. Es todo lo que
queda en las últimas semanas, el amor y las relaciones.
5. Desearía
haberme permitido a mí mismo ser más feliz
Esto es un remordimiento sorprendentemente común. Muchos no
comprenden hasta el final que la felicidad es una elección.
Ellos habían permanecido atrapados en los viejos patrones y hábitos. El
así llamado “confort” había inundado sus emociones así como la psicología
de sus vidas. El miedo al cambio los hacía presumir ante los otros y ante sí
mismos, de que estaban contentos. Cuando en lo profundo dentro de ellos estaba
el deseo de reír con ganas y poner un poco de zoncera en sus vidas nuevamente.
Cuando estás en tu lecho de muerte, lo que otros piensen de ti esta a
una larga distancia de tu mente. Cuan maravilloso seria dejarse ir y sonreír
nuevamente, sin pretensiones ni exigencias, antes de morir!
La vida es una elección. Es TU VIDA. Elige conscientemente,
elige sabiamente, elige honestamente, elige desde tu corazón, elige la
felicidad. Aun tienes tiempo
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