viernes, 13 de marzo de 2015

Adolescencia tardía o Edad Juvenil




La Profesora Fabiola Narváez, de Coordinación de Familias,  nos comparte esta información:

"La edad juvenil, estaría enmarcada en las edades de 16-20 en las chicas, y 17-21 en los chicos. Es precisamente en esta fase donde el joven estaría llamado tomar un sinnúmero de decisiones y a elaborar su plan de vida.
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Esto es así porque en esta fase el joven tiene un fuerte sentido de responsabilidad por su futuro, en esta fase de algún modo se empieza la construcción de la propia vida. El autor Gerardo Castillo, experto en temas de educación y adolescencia, lo expone así “La formulación de un proyecto personal de vida es una meta y tarea fundamental de la adolescencia, especialmente en la edad juvenil o adolescencia final. Este se elabora en el mundo interior del hombre pero se realiza en el exterior en el mundo (en su vida familiar, profesional, etc.) Entonces es un reto que el adolescente afronta al moverse al mismo tiempo en esos dos planos de su vida, lo interior y el mundo externo”. Esto último no es fácil y por eso existen adolescentes con una especie de doble vida, en su interior son unos y en el exterior son otros que se dejan llevar por el ambiente. Es un reto de la adolescencia lograr esa unidad en la vida. 
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Para esta fase el joven ya se conoce mejor, conoce sus fortalezas y sus debilidades por eso es un nuevo despertar del yo, es una afirmación positiva de sí mismo y esto implica una maduración del carácter. Además aunque se sigue moviendo por ideales, estos dejan de ser tan abstractos se tornan más concretos. Es una etapa de optimismo donde se recupera el equilibrio. 
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Estas características son las que llevan al adolescente a plantearse un plan de vida, no se trata de algo totalmente definido, es un plan en sentido abstracto es a fin de cuentas el plantear el sentido de su vida.
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En esta fase de desarrollo, la madurez física ha llegado a su plenitud, no hay mayor cambio al que hacer referencia. En el campo de lo cognitivo, tampoco hay mayor novedad, la madurez mental queda definida en la etapa anterior, pero existe mayor reflexión sobre los valores y sobre las ideas. En esta fase es mucho más objetivo y realista, se ha liberado de la influencia desequilibrante de los afectos en su pensamiento y por eso tiene más autodominio en su pensamiento. Aparece la capacidad de profundización y del pensamiento especializado.
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En lo afectivo, surge un mayor interés por las personas del otro sexo y se da la integración entre lo instintivo y el sentimiento que era muy precaria en las etapas anteriores. En el ámbito de lo social, pierde la timidez característica de la adolescencia media, y desaparecen las amistades exclusivas, su círculo social se amplia. Se puede volver a relacionar mejor con su familia, porque ve a sus padres de una forma más objetiva. En esta edad se da más firmemente el “descubrimiento del tú” y se desarrollan sentimientos sociales como la compasión, el sacrificio y la entrega. Con esto se puede madurar en la amistad y el amor. 
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En este campo también se puede hablar del aparecimiento de los intereses profesionales, que tienen también que ver con las expectativas sociales que se tiene ante los jóvenes de estas edades. Es la época de escoger carrera o profesión es el despertar de la vocación. 
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En el campo moral es muy importante la maduración del carácter, pues se refiere sobre todo al carácter moral. Llegar a ser un adulto, hombre o mujer ce carácter, significa que ha sido formado en la voluntad, que ha sido educado en valores, y por ello es capaz de volcar esa voluntad al bien. Una persona con carácter, es una persona coherente y auténtica. 
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Se empezó  diciendo que los años juveniles, son los años donde se plantea el proyecto de vida personal. Si tomamos todo lo expuesto vemos que se tiene todas las herramientas para lograr el mismo y que estas han sido logradas a base de un largo proceso y trabajo de los años anteriores. 
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El proyecto de vida para ser auténtico debe ser la muestra de cómo el adolescente proyecta su propia vida en el futuro, y esto significa que debe proyectarla hacia los demás. Proyectar la vida sobre uno mismo no sería el resultado de la madurez. Esto es precisamente lo que se busca desde la educación jesuita, lograr formar “hombres y mujeres con y para los demás” es el llegar a “ser más para servir mejor” de Ignacio, el MAGIS. 
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Al graduarse el joven se enfrenta a varias elecciones, tiene que optar en terrenos que para él o ella son vitales, deben elegir en los estudios, en las amistades, en el amor, en el trabajo; estas elecciones el joven debe concretarlas en un proyecto, que aunque topa varios campos en su conjunto se integra y debe formar un proyecto global. Si el joven no hace elecciones, si no concreta lo que quiere para su vida en un proyecto, si se evade la construcción de este proyecto que en realidad es de carácter provisional, lo único que el joven lograría es aplazar del mismo modo su proceso de madurez hacia una adultez responsable. 
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El joven debe saber que optar por algo significa automáticamente dejar de lado lo no escogido, significa por tanto consecuencias y responsabilidad. En esta etapa llena de optimismo y de ilusión, el joven puede tender a plantearse muchas metas y en el camino podría perderse, por eso es importante concretar, definirse. Todo esto no es fácil, pero es parte de ese sentido de la vida y hace que la vida valga la pena vivirla, pues estaría cargada de ilusión por lograr cumplir las metas y objetivos planteados, sabiendo que el fin último es la felicidad y si hablamos desde nuestro ser cristiano sería saber que estamos haciendo la voluntad de Dios."

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