viernes, 20 de marzo de 2015

Las normas con los adolescentes


La Profesora Fabiola Narváez, de Coordinación de Familias,  nos comparte esta información:


"Por Mireia Long (de la pedagogía blanca)


Cuando un niño llega a la adolescencia vamos a tener que rebajar nuestra intervención en muchos aspectos de su vida, en los que debe actuar con creciente autonomía y responsabilidad. Las normas y límites deben ser claros pero también tenemos que ser capaces de ir negociando aquellos que encontremos necesarios y también, si hay conflictos, evitar también ahora los castigos y trabajar la disciplina de forma especialmente cuidadosa, respetuosa y empática.

No hay que exagerar
Hay muchos aspectos personales en los que el adolescente exigirá mayor independencia y nuestro deber es permitírsela, evitando las críticas ofensivas y también cambiando las normas que hasta ahora hemos tenido. El elegir actividades deportivas y de ocio, la música y la moda son parte del desarrollo del adolescente. También tiene que poder elegir sus lecturas, series y películas, así como los temas en los que desea convertirse en experto con su estudio o esfuerzo. Puede que no todo lo que el adolescente elija nos guste, incluso puede haber cosas que nos desagraden y choquen con nuestro modo de vida. Respeto ante todo. Si realmente no estamos hablando de costumbres o gustos ofensivos o peligrosos habrá que permitírselos, estando siempre atentos a su bienestar y desarrollo.
Pocas reglas pero muy claras
Las reglas de la casa deben estar muy claras y ser, en lo posible, evidentes en su necesidad. Con un adolescente, más que nunca, debemos ser capaces de flexibilizar las reglas, consensuarlas con ellos y explicarles las razones. No todos los miembros de la familia van a tener las mismas reglas, pero es importante que vayamos adecuándolas pues, a medida que se acerca a la vida adulta, nos va a pedir que las reglas que él cumple las cumplamos nosotros en los casos que sea posible: no fumar, no poner música alta, cambiar planes comunes…
Los horarios suelen ser fuente de conflicto con algunos adolescentes. Su horario tiene que estar claro y no suelen entender tampoco que sea muy diferente al de sus amigos, siempre que sea posible podemos negociarlo con ellos y estar dispuestos a ser flexibles en alguna ocasión.  En realidad más que poner normas lo que van a necesitar es que les demos la oportunidad de ser responsables, confiando en ellos y nunca reaccionando antes de que nos den una explicación de sus motivos para cuestionar alguna regla.
Es importantísimo, más que imponer disciplina o castigar, el hacer que el adolescente sepa que contamos con que es una persona competente y responsable capaz de hacer las cosas lo mejor posible y también, como nosotros lo somos, capaz de aprender de sus errores. Hay que resaltar lo que si hace, lo que si ha logrado, lo que ha cumplido, valorando y felicitándolo por sus éxitos.
Nuestro adolescente está descubriendo muchas cosas nuevas y afrontando muchos retos. Merece y necesita ser reconocido por ello. Recalcando lo que ha logrado aumentamos su confianza. Si nos centramos en la crítica en lo que no logra, algo que le hará sentirse incomprendido y juzgado injustamente."

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